Cada año, el cuarto domingo de Pascua nos presenta la imagen del Buen Pastor. Es también la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. La Iglesia nos invita entonces a fijar nuestra mirada en Cristo resucitado y a redescubrir nuestra vocación bautismal: la de un pueblo sacerdote, profeta y rey.
«El Cordero que está en medio del trono será su pastor, y los conducirá a fuentes de aguas vivas; y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.» (Ap 7, 16-17)
Una vocación para todos: sacerdote, profeta y rey
El bautismo no nos hace simplemente miembros de la Iglesia: nos consagra a Dios y nos envía al mundo.
- Como sacerdotes, estamos llamados a rendir homenaje a Dios y a vivir como ofrenda espiritual.
- Como profetas, tenemos la responsabilidad de ser testigos de la Buena Noticia y de llevar el Evangelio a nuestro entorno.
- Y como hijos del Dios viviente, tenemos una misión de servicio: compartir nuestros talentos y riquezas con nuestros hermanos y hermanas, a ejemplo de Jesús, que no vino para ser servido sino para servir.
Esta triple dignidad no está reservada a una élite. Abarca a todo bautizado, cualquiera sea su estado de vida, edad o condición.
El Buen Pastor, rostro de Cristo glorioso
El Evangelio de hoy es breve, pero de una gran riqueza espiritual. Jesús dice: «Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.» (Jn 10, 27)
No habla de un rebaño anónimo, sino de una relación personal e íntima. El Buen Pastor conoce a cada una por su nombre, las llama, las guía, las protege y da su vida por ellas.
Seguir a Jesús no es una teoría: es escuchar su voz en el corazón y confiar en Él cada día.
Orar por las vocaciones, asumir la propia vocación
Este domingo es también una ocasión para orar por las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Pero esta oración no puede separarse de un llamado personal a la responsabilidad: acoger nuestra propia vocación cristiana y alentar a otros a hacer lo mismo.
Hoy nuestra Iglesia necesita testigos valientes, cristianos vivos, capaces de amar, servir y llevar la luz del Resucitado a los lugares más cotidianos.
Oración del día
Señor Jesús,
Buen Pastor,
tú conoces a cada uno de nosotros y nos llamas por nuestro nombre.
Haz de nosotros un pueblo de sacerdotes, profetas y reyes,
unido en tu amor.
Suscita vocaciones en tu Iglesia
y fortalece en cada uno el deseo de servir y testimoniar.
Que seamos fieles a tu voz
y que tu alegría nos conduzca a las fuentes de la vida.
Amén.
Referencias bíblicas
- Hch 13, 14.43–52
- Ap 7, 9.14b–17
- Jn 10, 27–30
Evangelio de Jesucristo según san Juan
En aquel tiempo,
Jesús dijo:
«Mis ovejas escuchan mi voz;
yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy la vida eterna;
no perecerán jamás,
y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado,
es más grande que todos,
y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.
El Padre y yo somos uno.»
Para leer las lecturas del día, consulte Vatican News – 11 de mayo de 2025.
Para meditar:
- ¿Soy consciente de que mi vida bautismal me hace sacerdote, profeta y rey?
- ¿Escucho verdaderamente la voz del Buen Pastor en la oración, la Palabra y los acontecimientos?
- ¿Animo y apoyo las vocaciones a mi alrededor?
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